El acostumbrado cuento dominical dedicado a los niños por el reconocido cuentacuentos Don Pío Lara el cuento se titula »Mi caballo invisible».

MI CABALLO INVISIBLE
¿Cuantos cuentos hay sobre los caballos?
Está el de Pegaso, el caballo de la mitología griega que volaba!
Está el de Aquiles, con su Caballo que comía flores.
Y por supuesto los cuentos sobre el valeroso caballo blanco del libertador Simón Bolívar
¿Pero saben qué? Yo también tengo un caballo, solo que este es invisible!
¡Sí en serio!
El otro día me monte en él y le dije
-¡Caballo, llévame a un lugar mágico!
Entonces mi caballo, se impulsó, y salimos volando hacia una nube blanca que había cerca del sol, Y al estar dentro de la nube… ¡Wuao! ¡Eso era, otro mundo!
Allí había un gran arco de entrada al lugar, y un portero, que regalaba chocolates a los visitantes… ¡ummm que rico!
También había una señora muy hermosa, ella nos regaló dos empanadas una para mi caballo invisible y otra para mí, y estaban tan ricas como las que prepara mi mamá
Más allá estaba una bonita maestra cantado con un cuatro
Los pollos de mi cazuela
Nos sirven para comer
Que son para la viudita
Que los sabe componer
También había un señor con un gran sombrero, creo que era el jardinero, porque estaba regando las matas del jardín…
Además había muchos niños, con sus cacheticos llenos de chocolate, con sus caritas sonrientes que denotaban felicidad
Mi caballo, al igual que yo, mientras más caminábamos por el lugar, más nos sorprendía aquel mundo.
De tanto caminar, llegamos justo donde había una mata de semerucas y allí bajo su sombre decidimos sentarnos a charlar un rato
Y comenzamos a hablar de la esperanza, de la fe, del amor, de los amigos
Y de repente se acerca un niño y me pregunta
-¿Con quién hablas?-
-hablo con mi caballo- le respondí yo de forma normal
El niño me miró con cara de sorpresa pues era obvio, él no veía a mi caballo
–Lo que pasa es que mi caballo es invisible- le dije
¿Invisible? Preguntó el niño sorprendido.
-¡Vengan, vengan aquí hay un hombre con un caballo invisible! Comenzó a gritar el niño
Y entonces comenzaron a llegar muchas personas y al ver la silla donde supuestamente estaba mi caballo, comenzaron a decir cosas como…
-ummm yo que tengo buena vista, puedo ver que su silla es modesto pero de buen gusto, eso se llama, ¡humildad!
-Y yo que tengo un buen corazón, puedo asegurar que esos cayos en sus patas, quiere decir que ese caballo aplica mucho la perseverancia y el empeño… ¡Sí señor!
-Esa cara denota que no es de cualquier caballo, seguro es muy inteligente-
Un señor se acercó más a mi lado, se colocó sus lentes, hizo como que tocaba al caballo y dijo –
-Con certeza es un caballo fuerte, de buena raza y decidido-
-Ah, caramba, entonces ese es el mejor caballo, que nadie jamás haya visto- comentó una elegante señora quien llevaba un sombrero muy colorido.
-¡Basta, basta, comencé a gritar desesperado! Si nunca han visto mi caballo, ¿cómo pueden saber que tiene esas cualidades?
¿Cómo se llama tu caballo? preguntó la señora del sombrero colorido
-¿Mi caballo? mi caballo se llama ¡Yo!-
Una voz entonces grito…
Se llama ¡Yo! ¿Y no conocías a tu caballo?
Yo, me quedé en silencio sin saber que responder
Y casi enseguida se escuchó una carcajada que venía de lo lejos, pero que en un dos por tres llegó hasta donde estábamos reunidos
-Soy la bruja maruja, y quiero para mí ese caballo invisible!
¡Enseguida le dije que no!
Pero la bruja, moviendo su varita mágica, ¡ZUAS! me ato de las manos y los pies sin darme tiempo a nada.
Y comenzó a buscar a mi caballo invisible
Primero lo buscó a mi lado, después, entre las manos del niño, debajo del sombrero colorido, en las orejas del que había gritado antes, y así por muchas partes, pero no lo pudo encontrar
Entonces yo recordé lo que habían dicho de mi caballo
-¡Humildad, perseverancia, empeño, inteligencia y decisión!- ¡Y si ese caballo soy yo! Puedo vencer a la bruja y cualquier otra circunstancia.
Así que con humildad pero con perseverancia y empeño enfrenté a la bruja, con perseverancia, actué con inteligencia, con decisión y entonces… Vencí a la bruja
Y así, solo así pude vencer, ese obstáculo que se llamó bruja
Pero lo importante es que hoy, también puedo vencer cualquier obstáculo que se me presente, porque cada uno de nosotros llevamos un caballo invisible dentro de sí
Solo hay que descubrirlo y desde allí cabalgar para alcanzar lo que soñamos

@VenprensaAC/ Por: Pío Lara